miércoles, 7 de noviembre de 2012

Ad fontes

“La universidad está hasta los topes de estos espíritus a medias, que por un lado husmean y por el otro intrigan y, cuando se reúnen, despiden un pestilente olor a establo”. Ernst Jünger, Eumeswil.

Saludos amigos. Retomo este cuaderno de notas a propósito del nuevo curso que está a punto de comenzar: “Las Máscaras del Mago II: Hermetismo, Alquimia y Magia”. En dicho curso, que mantiene en líneas generales un nivel académico bastante aceptable –destacable en algunos aspectos–, intervendrán grandes investigadores de nuestros campos de estudio, como Aurelio Pérez Jiménez, José Luis Calvo Martínez, Matteo Martelli, José Rodríguez Guerrero, Mar Rey Bueno, Miguel López Pérez, José Miguel Puerta Vílchez, Francisco de Mendonça y definitely at last but not in the least, Carlos Gilly.
Cuando la Dra. Natalia Arséntieva me invitó a ser coordinador del curso, este pasado verano, me pareció una oportunidad inmejorable para invitar a estos mis buenos amigos y colegas de investigación, que gravitan en torno a la SEHA (La Sociedad Española de Historia de la Alquimia), a Azogue y a Studia Hermetica, y a la CEEO-UNASUR. Estas personas están dotadas de una gran erudición y de una generosidad que no les va a la zaga, y yo me considero deudor de su trabajo. A todos les doy las gracias por aceptar finalmente mi invitación, porque mi mayor anhelo es escucharles. Ambiciono poco más, la verdad.
Y de hecho, tan poco ambiciono, que he decidido declinar la invitación de la Dra. Natalia Arséntieva a intervenir en las conferencias previstas para el día 9 y para el 21 de este mes de noviembre. En otras palabras, mis conferencias no se celebrarán. Es una decisión personal, no compartida (y al parecer, tampoco entendida) por la dirección. He prometido no revelar los motivos concretos de tal renuncia, pero como alguna razón he de dar por respeto a los asistentes, se ha debido a importantes divergencias y desavenencias con la dirección y la coordinación del curso. Quiero además que esta renuncia se interprete por los lectores de Studia Hermetica y de Azogue como un claro aviso y como un gesto: la Universidad de Granada ha de tomárselo mucho más en serio si quiere llegar a ser un foco aceptable en estos nuestros campos de estudio. De momento, este curso es una prueba innegable del buen hacer académico y del legado del Dr. José Luis Calvo Martínez, pero veo peligrar dicho legado si no se enmiendan pronto algunas actitudes, y si no se ponen al frente las personas adecuadas, y esto no se traduce en futuras sesiones de trabajo, tesis doctorales y en bibliografía de un nivel académico aceptable, en continuo diálogo con el resto de investigadores del orbe.
Hablando en un plano más general y abstracto, en España identifico un problema muy grave en esto de la investigación: muchos académicos son sujetos aposentados y comodones, ávidos de estrechar manos y jijijajajear con sus colegas, así como de viajar a cargo del común de los pecheros a congresos con el solo fin de alardear de ello entre sus amigos y allegados. De estampar sus nombrecitos en tal exposición, obra o evento (en ocasiones, rapiñando el trabajo ajeno descaradamente): “Yo estuve allí”. “Conozco a fulanito y a menganito, son grandes amigos míos, etcétera”… En realidad, no les importa ni lo más mínimo la calidad de sus aportaciones y de su trabajo, y no se preocupan de comparar dicha labor con los estándares internacionales de calidad. Es evidente: las humanidades se están ahogando en el negro pozo de la mediocridad.
¿Y qué hay de los libros, amici?, ¿qué hay del conocimiento y del placer de obtenerlo?, ¿qué hay del gusto por compartirlo con otros apasionados y amantes de las letras, las artes y las ciencias? ¿Qué ocurre con los en apariencia sencillos actos de pensar, leer y escribir? Nada: a sacar brillo a los títulos obtenidos cogiendo apuntes y a los doctorados y los másteres otorgados entre amiguetes. Algunos académicos dan más valor a celebrar certámenes para darse tono en público, que a leer y escribir correctamente. De esto ya se me quejaba, de hecho, una persona a la que admiro mucho, allá en mi Salamanca querida. Hablo del Dr. Rodríguez-San Pedro-Bezares, un gran humanista que veía con amargura cómo colegas de departamento (y catedráticos), de un nivel intelectual paupérrimo, lograban estipendios y prebendas de manera fraudulenta.
Cambiando de tercio, tengo que decir que comprendo y me identifico con la figura de Martin Venator, el protagonista de la novela de Jünger que cito en el encabezamiento. Me siento más cómodo observando y trabajando en soledad. Además, yo me debo exclusivamente a mi propia conciencia, y no encuentro mayor interés en ser agasajado en truculentos ámbitos universitarios. Tengo mi propio espacio por derecho propio, y un futuro por delante para continuar leyendo, pensando y acaso escribiendo. La posición que te da la independencia y la equidistancia es la que se me antoja más cómoda; de este modo no tienes que mancharte las manos con mequetrefes y tienes la oportunidad de aprender de los mejores, sin ambiciones más allá del conocimiento y del placer de obtenerlo.
Animaos a venir al curso, amigos. Mi renuncia no añade o quita nada a este magnífico evento. Tan sólo es un gesto que he creído justo hacer, porque mi paciencia tiene un límite, y me debo a unos principios y a unas personas que confían en mí, y a unas organizaciones académicas que han apoyado el curso y que esperan algo más que un merendero universitario. Además, quien viva en Granada o pase por aquí, y quiera escucharme o dialogar conmigo acerca de esto del hermetismo, sólo tiene que pedírmelo. No hace falta que acuda a un aula universitaria.
Es más, probablemente el viernes (si todo va bien, claro), se inaugurará una exposición de libros que voy a comisariar. No es nada del otro mundo: he querido que aquellas obras sepultadas en las bibliotecas de la universidad salgan a la luz por unos días, con el fin de que la comunidad universitaria se detenga en ellas por unos instantes, al menos. Que las contemple y lea el catálogo de la exposición, y que una vez regresen a sus estanterías, no se pierdan en el agujero negro del olvido, sino que sean continuamente acariciadas, leídas y devoradas, sobre todo por los estudiantes. En Salamanca ya me quejaba de que esto era así, de que muchas joyas del saber habían caído en el ostracismo, pero aquí en Granada el asunto es esperpéntico: la peña acude a las bibliotecas a cuchichear, a sacar fotocopias y a subrayar sus pegajosos apuntes. 

En fin, mi participación a partir de ahora se reducirá a ocuparme de esta muestra de libros y de mis invitados; y estad atentos, porque de vez en cuando iré dejando informaciones y materiales en la sala dedicada a la muestra, enfrente de la biblioteca general de la Facultad de Letras, para que todos aquellos interesados hagan uso de ellos. En cuanto a la muestra en sí, básicamente se mostrarán las portadas impresas de esas fuentes “escondidas” por obra de siniestros funcionarios, en la caja fuerte obsoleta y oxidada que hoy por hoy constituye la biblioteca del Hospital Real, así como algunas de las ediciones críticas de los textos que manejamos habitualmente. El resto de títulos a mostrar son aquellas monografías y estudios de algún modo importantes para el estudio académico del hermetismo y sus corrientes aledañas.
Nada más, amigos. Muchísimas gracias por vuestra atención.

domingo, 26 de agosto de 2012

Entre gnósticos y mecánicos...



¿Quién me dará la voz y las palabras
que convienen a asunto tan ilustre?
¿Quién prestará las alas a mis versos
para que asciendan hasta mi deseo?
Ahora no servirá un furor corriente:
mayor inspiración debe inflamarme…
Ludovico Ariosto, Orlando Furioso, III, 1.

Saludos, estimados lectores y amigos.

Como lo prometido es deuda, y de una vez por todas, Studia Hermetica Journal estrena dos nuevos números: uno dedicado al concepto de gnosis y otro sobre el famoso “Mecanismo de Anticitera”. El primero, ya lo he dicho, cuenta con la participación del mayor experto en el ámbito hispano en la materia: Francisco García Bazán, con el artículo “La Sofía Gnóstica y la concepción de la mística entre los neoplatónicos”, y por supuesto con la generosa contribución de José Miguel Puerta Vílchez, que ha tenido la deferencia de prestarnos un artículo suyo de apenas difusión: El humanismo filosófico árabe: Iraq y al-Andalus”, y que encaja perfectamente en este gnóstico número, como el contrapunto árabe a nuestro helenístico universo.
Estas dos joyas bibliográficas se suman a la producción de nuestra joven publicación periódica, y cierran por este año un prolífico y probablemente feliz 2012. En un principio tenía pensado participar, pero el tema de momento me supera: necesito leer y pensar muchísimo más. Tengo en mente revisar a fondo el texto griego original de los Hermetica, y esto es un trabajo que me va a llevar bastante tiempo; asimismo, espero hacer acopio de bibliografía útil y renovada. No se puede volver sobre lo anterior sin repetirse. El hermetismo filosófico en la Antigüedad es una materia de enorme complejidad sobre la que es extremadamente difícil decir algo novedoso u original, y creo que es más honesto, tras mis últimas publicaciones en los últimos años (2008-2012) en MHNH, Veredas de História, Azogue y SHJ, sencillamente descansar y poner en claro mis ideas durante un lapso indefinido de tiempo. Hay que buscar nuevas vías de análisis y poner los textos patas arriba, además de realizar una tarea de filosofía comparada con el resto de fuentes de la época. No estaría de más, de hecho, abordar una nueva edición crítica de los textos herméticos en edición bilingüe griego-español, sin desmerecer en absoluto la edición a cargo de Renau Nebot, al que por cierto mando un fuerte abrazo en estos momentos difíciles.
En lo que a mí respecta, no obstante, creo que mi futuro y lugar de llegada, se aclara cada vez más: Quien me haya leído estos años, sabrá que mi vocación última es el estudio del Renacimiento; pero tal estudio, desde mi humilde punto de vista, es imposible sin un conocimiento más o menos profundo de los textos antiguos. En otras palabras, el experto en filosofía durante el Renacimiento lo es, a la fuerza, en la Antigüedad. Y no cabe escapatoria alguna de esta realidad. Por eso creo que el próximo año 2013 será un año tranquilo para Studia Hermetica, en el que en todo caso espero poder ir renovando la página poco a poco, con el fin de adaptarla a los tiempos. En cualquier caso, creo que sí, que podré encargarme de un número especial conmemorativo de los cinco años de la página (el famoso número dedicado a la vis imaginativa y artística del hermetismo), y quizás, si cuento con la inspiración adecuada, un monográfico dedicado al concepto de materia en la Antigüedad.
Haciendo una recapitulación de lo escrito y de lo estudiado en estos años, puedo decir que mis líneas maestras de investigación son bastante claras: 1. Replanteamiento de los conceptos de “civilización helenística” y de “periodo helenístico”, adoptando una posición dinámica de los acontecimientos (un “orbe grecorromano” de duración extensa (ss. III a. C.-V d. C.). 2. Teniendo en cuenta la premisa anterior, un replanteamiento de los supuestos sustratos “egipcios” y “griegos” de los Hermetica, con el fin de avanzar hacia un concepto estrictamente “helenístico”. 3. Revalorización del punto de partida metodológico de Festugière, en el sentido de abordar los textos a la luz del resto de fuentes de la “Mística Helenística” de principios de nuestra era. 4. Y por lo tanto, una huida furiosa de la especialización y del “pre-concepto” normativo o interpretativo a la hora de enfrentarse a los textos (“Esoterismo Occidental”, “Tradicionalismo”, etc.). El hermetismo, como he dicho muchas veces, es un eslabón más en una infinita cadena causal, en la que se dan cita la filosofía platónica (medioplatónica, neoplatónica, teúrgica, etc.), las filosofías helenísticas (el estoicismo, principalmente), y las corrientes gnósticas.
En cuanto al segundo número académico publicado por SHJ, su contenido ya lo adelantaba hace unas semanas: “El mecanismo de Anticitera y los Thaumasiourgoi helenísticos”, es el enrevesado título de este mi nuevo artículo. ¿Y cómo surge esta repentina afición por la tecnología griega? Pues sencillamente porque no “surge”, sino que supone el corolario momentáneo a una de mis más fervientes obsesiones como historiador y humanista: la aplicación mecánica de la teoría geométrico-matemática constituye uno de los principios fundamentales del mundo moderno, como queda reflejado en el célebre grabado de Durero, y cuyos “misterios” fueron magistralmente aclarados en un artículo muy bonito por un estupendo científico español: Jesús Martínez Frías: “El enigmático poliedro de Alberto Durero en Melancolía I. Una nueva interpretación minerológica” (Tierra y tecnología, nº 30 pp. 60-64). El Dr. Frías es consciente de la nueva posición del artista y del hombre moderno en el mundo, ejemplificada por Durero mismo. Y en fin, queda clara la importantísima función de las máquinas en el día a día de los hombres del Renacimiento (cfr. por ejemplo, la obra de Jonathan Sawday, Engines of the Imagination: Renaissance Culture and the Rise of the Machine, Taylor & Francis, 2007), mucho antes de las sucesivas revoluciones industriales acontecidas en el mundo contemporáneo.


Pero nos perdemos: ¿Por qué estudiar el mecanismo de Anticitera? Un ingenio técnico griego enclavado en un periodo de tiempo que el común de los mortales considera “atrasado” y casi prehistórico… Un mecanismo de una complejidad tal que asombra por igual al sujeto culto y al iletrado. Un logro técnico que evoca en las mentes misteriófilas a extraterrestres benefactores y a griegos boquiabiertos cogiendo apuntes… Un “oopart” (http://es.wikipedia.org/wiki/Oopart) que dirían los tontos, como en un reciente y célebre programa de televisión, donde unos sujetos reiteraban que el mecanismo era aún un “misterio”, y que se especulaba desde distintas “teorías” acerca de su propósito real, sin alcanzar una conclusión clara (el argumento típico de los botarates para referirse a algo sobre lo que no desean indagar, con el heteróclito fin de enredar). Pues bien, con este artículo me gustaría que en el mundo hispano se abandonaran estas tonterías, para que de una vez por todas dejen de tocarme los griegos, y por eso he escrito el artículo en nuestra española lengua.

En resumen, los principios que quiero dejar claros con respecto al mecanismo en particular y a la tecnología griega en general, son los siguientes:
1.    Se conoce el funcionamiento y el propósito generales del ingenio desde al menos 1974, con la obra de Derek J. de Solla Price, Gears from the Greeks, que hoy por hoy sigue siendo la obra de referencia acerca del mecanismo.
2.    No hay “distintas teorías” acerca del mecanismo; tan sólo se discute cómo articular las piezas presentes y ausentes, lo que supone un evidente y desafortunado quebradero de cabeza para la gente que estudia seriamente estas cuestiones.
3.    La aplicación de rayos-x no se materializó por primera vez entre los años 2005-2006, con el grupo multidisciplinar auspiciado por Nature, sino que comenzó allá por el año 1971 (hace la friolera de 41 años). De hecho, algunos entusiastas deberían dejar de colgarse medallas injustamente: pareciera que muchos estudiosos quisieran minimizar los logros de Price y de Wright en cuanto al ingenio de Anticitera se refiere, con el fin de catapultarse como “profetas”. Nature no es la génesis de nada, tan sólo un espectacular corolario a un siglo de pesquisas.
4.    El mecanismo es perfectamente explicable en una época de efervescencia científica como es la helenística: surge del sistema-mundo mediterráneo que alumbraría la escuela de Rodas (Posidonio de Apamea, Gémino), la de Siracusa (Arquímedes), la de Atenas (Andrónico de Cirro), la de Roma (Vitruvio), y por supuesto la de Alejandría (Ctesibio, Filón, Herón, Pappus). Además, la mayoría de estos genios se dan cita durante los dos primeros siglos antes de nuestra era.
5.    Las fuentes antiguas y los restos arqueológicos que se nos han conservado, nos informan de mecanismos sofisticados como clepsidras o planetarios. Luego el mecanismo de Anticitera no es tan insólito como pudiera parecer a priori.
6.    El mecanismo no es, stricto sensu, único. Contamos con un mecanismo parecido del siglo V de nuestra era de factura bizantina.
Siguiendo con el anterior argumento, tenemos una gran cantidad de ejemplos inmediatamente posteriores a estos dos “engranajes solares” utilizados para medir las revoluciones celestes (por otro lado, estudiados por Price mismo en “On the Origin of Clockwork, Perpetual Motion Devices, and the Compass”, ya en el año 1959). Por ejemplo, con el aparato fabricado por Abū Rayān al-Bīrūnī en torno al año 1000.
Y en fin, esa tradición venerable de artefactos similares, que son los astrolabios (el de Muhammad ibn Abī Bakr al Ibarī es un buen ejemplo, ca. 1221-1222):
No me extiendo más en esto: los ejemplos se cuentan por docenas en el Medievo, sobre todo de parte del mundo islámico, heredero del helenismo cultural, amén de esos ingenios maravillosos que son los relojes astronómicos de la Plena y la Baja Edad Media europeas (http://www.ahsoc.org/eanglian/index.html).
En cierto modo, esta cruzada se encuadra en otra de mis obsesiones: revalorizar un extenso periodo de tiempo y toda una civilización que está siendo injustamente olvidada y maltratada por el mundo contemporáneo, y lo que escucho por ahí del mecanismo me confirma esta mi idea. Por eso, lo que he pretendido con este artículo es reunir toda la información dispersa que hay por la red por un lado, y elaborar un criterio racional de acercamiento a la tecnología griega, por otro. En este sentido, he encontrado muchos especialistas de referencia, tanto clásicos como modernos: Berryman, Schiefsky, Evans, Diels, Wright, Price, Freeth, Drachmann… que con su esfuerzo continuado han desvelado buena parte de los misterios tecnológicos que nos ha deparado la Antigüedad. Asimismo, describir el hecho técnico o mecánico en sí no basta, como cualquiera que se acerque apenas superficialmente puede entender: las fuentes filosóficas se hacen ineludibles, sobre todo de parte de Aristóteles y de la escuela peripatética, pero también, y de forma tangencial, aquellas realidades cercanas a nuestro objeto de estudio habitual: tanto herméticas (Asc. 23-24, etc.), como alquímicas (Zósimo de Panópolis, Miguel Psellos, etc.). Y por supuesto, el apasionante tema de los autómatas y la animación teúrgica de las estatuas (Eunapio y su referencia a la increíble performance de Máximo de Éfeso, por ejemplo), del que me reservo el derecho a contar más cosas en el futuro. De hecho, este artículo me deja un sabor de boca agridulce: por una parte, he dicho lo que he querido decir, pero por otra hay mucha bibliografía y cosas que he visto por ahí que me dejo en el tintero, y sobre la que quiero volver. Como comentario al margen, he de decir que me he enamorado del buen hacer académico de la Dra. Berryman, que ha escrito páginas inolvidables y de una lucidez extraordinaria sobre la cuestión.
En resumen, hay muchas cosas que los antiguos aún pueden enseñarnos acerca de nosotros mismos. No somos dueños de la inventiva técnica, ni mucho menos. De hecho, creo que deberíamos dar la vuelta al argumento: no se trata de que sea “sorprendente” encontrar tecnología sofisticada en la Antigüedad, lo sorprendente de verdad es la aceleración científico-técnica operada en Europa desde finales del siglo XVIII, y que literalmente ha dado la vuelta a la historia de la humanidad entera. Por primera vez, todo nuestro mundo giraría en torno a las máquinas y al maquinismo: la filosofía, la economía… en fin, nuestra cotidianeidad e intimidad mismas quedarían supeditadas al ingenio técnico, como un apéndice más de nuestros cuerpos. Pero insisto: se trata de una isla en modo alguno “evolutiva” o “lógica”. Es sencillamente una “anomalía” histórica, a juzgar por el resto del periplo humano sobre la Tierra.
En fin, ¿para qué extenderme más? Os invito a leer el artículo y a convenceros de una vez de que los extraterrestres tienen mejores cosas que hacer que darnos clases de mecánica. Y por cierto, el dominio de Azogue volverá a estar en funcionamiento en breve. Os pido que tengáis paciencia, porque seguro que no durará mucho.
Una última cosa sobre la que habrá tiempo para hablar largo y tendido: se va a celebrar un coloquio internacional sobre hermetismo, alquimia y magia en la Universidad de Granada, y junto con su directora, Natalia Arséntieva, yo mismo seré uno de los organizadores del evento. Tened en cuenta que vendrá lo más selecto del panorama español en cuanto al estudio del hermetismo y cuestiones relacionadas se refiere, y me refiero por supuesto a los miembros de Azogue y de la SEHA: José Rodríguez, Mar Rey Bueno, Miguel López Pérez, y naturalmente, Carlos Gilly. Asimismo, espero poder contar con mi buen amigo Francisco de Mendonça. Y muchos otros especialistas, ya lo veréis, entre los que destaco a José Luis Calvo Martínez y Aurelio Pérez Jiménez. Si todo sale bien, de hecho, se convertirá en uno de los eventos más espectaculares que se han realizado en la materia, y por eso no debéis perdéroslo. Azogue y Studia Hermetica no retroceden, sino que muy al contrario, se renuevan y repiensan continuamente, amigos. Estad alertas y seguid acompañándonos en este viaje que prosigue.

lunes, 13 de febrero de 2012

Illuminations


“Pero, ¿de qué manera debemos sepultarte?
Como queráis –respondió-, si es que me cogéis y no me escapo de vosotros”.
Platón, Fedón, 115c.

Decía el bueno de Sócrates, antes de palmar, que sueños le instaban a componer música (Fedón, 61a), y bueno, dado que las últimas profecías mayas nos dan por muertos este último mes del año, yo me decanto por las artes visuales y la filosofía, “la música más excelsa” (61a). En efecto, para la Navidad del presente año 2012 espero publicar un número sobre las relaciones entre la filosofía hermética y el arte. Y como avance del afortunado evento, les adelanto que el grandioso pintor Ramiro Tapia intervendrá en los próximos meses (si todo va según lo previsto) en la revista de arte N-Sphere. Lo cierto es que me parece genial la temática y la estética de este proyecto que es The Spheres, y no se me ocurrió mejor idea, tras mi ensayo sobre literatura victoriana y ocultismo, que la de proponerles la intervención de este titán del arte que es Ramiro.
Y en fin, como saben, actualmente estoy trabajando en un nuevo número dedicado al concepto de gnosis, en el que cuento con la ayuda inestimable de grandes investigadores de renombre internacional. Este número, que en principio estaba previsto para las Navidades pasadas, se ha pospuesto intencionadamente debido a un cúmulo fortuito de circunstancias: exceso de trabajo, indisposiciones sobrevenidas y, cómo no, necesidad de descanso, reposo y reflexión. De todos modos, este hecho no me preocupa: los números de Studia Hermetica serán pospuestos lo que haga falta dentro de lo razonable, no en vano es una revista de publicación “irregular”. Este mi proyecto (nuestro proyecto), trata de actualizarse con la frecuencia y el ritmo oportunos, pero en el mundo académico se hacen ineludibles el buen hacer y la paciencia. Y en fin, este número será publicado, si nihil obstat, en torno al próximo mes de marzo.
Con respecto a otro de mis proyectos (¿recuerdan aquella revista de literatura decimonónica y victoriana de la que hablaba hace un año?), la cosa marcha sin prisa pero sin pausa. Este proyecto, que adoptará el sonoro vocablo inglés Gloom, versará sobre todas aquellas regiones oscuras e ignotas de la ciudad y del alma, y será mucho más que un magazine cultural. Se pretenderá recuperar un espacio ético-estético generado en las vanguardias de finales del siglo XIX y principios del XX. Filosofías oscuras y crepitares lejanos de corrientes y crematorios. El mecanismo elevadizo del Castillo de Kafka y las Ligeias ocultas de Poe. De momento, el proyecto está desarrollando su propia imaginería en esa curiosa plataforma que es el tumblrhttp://gloomproject.tumblr.com/ Y si fuera menester habría que hablar largo y tendido de este recurso (me refiero al tumblr), pero me limitaré a decir que veo a bastante gente metida aquí (sobre todo mozalbetes), con un gusto exquisito y una maravillosa intuición en lo que respecta a la fuerza, la expresividad, y el poder de la imagen y de la palabra, ocultos tras lo que se ve y se siente. Y en especial, tengo que expresar mi admiración por ese proyecto tan interesante que constituye Amoelbarroco (en tumblrhttp://amoelbarroco.tumblr.com/), auspiciado por la diseñadora Viveka Goyanes, que está desarrollando un grandioso e inusitado trabajo en estas difíciles lides. Personalmente, estoy aprendiendo y maravillándome a diario con su excelente trabajo, y lo cierto es que es un soplo de aire fresco en el ambiente enrarecido y monótono de este nuestro país. ¡Ánimo!
Volviendo al tema de este mi nuevo proyecto, aquella Kircher’s Cabinet ha devenido en esta mi verdadera intención: hablar y expresar arte y alma, haciendo uso de la imagen y de la palabra, las dos caras de una misma moneda. Y para esta empresa, contaré con la inestimable colaboración de D., compañero de fatigas desde que tengo uso de razón e insigne doctorando en la Universidad de La Laguna, experto en las resbaladizas y complejísimas lides de la fenomenología husserliana, entre otras muchas cosas. Una persona dotada de una cultura sin límites y de un gusto y una sensibilidad artísticas que le van a la zaga. Todo un lujo para este Gloom Project que amenaza con despertar. Dos proyectos de cara a una década. Más noticias están al caer. ¡Hasta pronto!

domingo, 12 de febrero de 2012

Veritas Odium Parit (cuarta parte)


“Por eso, la peor angustia del mundo estriba en tener conciencia de muchas cosas pero no poder controlar ninguna” (Heródoto, IX, 16, 5).


Hoy vuelvo con una de mis más fervientes obsesiones: el concepto del saber en nuestras actuales sociedades. Estos años de estudio y de formación de mi propio espacio (en forma de proyectos académicos y artísticos), han hecho que pueda construirme una opinión bastante aproximada de cómo y adónde se dirige el saber en nuestro país (y cuando digo “saber”, hablo de la cultura y la universidad, y también de la innovación, la investigación y la capacidad inventiva, entre otras muchas cosas que ninguna institución puede enseñar, como son la clase, las buenas maneras, la elegancia y el buen gusto). Por cierto que podríamos hablar de la cultura o de la universidad como de cualquier otra cosa, porque estamos asistiendo a un amago algo preocupante durante estas primeras semanas del aún joven 2012. El barco va a la deriva , haciendo uso del castizo lenguaje marinero. ¿Y por qué? La respuesta no es unívoca ni sencilla, pese a que uno sienta tentaciones de despachar todo el asunto con una frase altisonante. 
Hay que tener en cuenta que nuestro país, estimado lector, es un reino muy particular en estos difíciles y movedizos terrenos de la cultura. Y podría decir prácticamente lo mismo de nuestros hermanos hispanos, supongo. Pero no lo haré por vergüenza torera. En mi opinión, esto es así porque desde antiguo se han valorado más la tradición y la obediencia, que la innovación y el espíritu de libertad que han caracterizado, con altibajos, al quehacer cultural de otros países europeos. Para estos países, la cultura no se despachaba entre una serie de pedantes y vagos pseudointelectuales que andaban de cháchara por los cafés de Madrid o Barcelona, proclamando con discurso grueso panfletismos políticos al margen de la paupérrima e iletrada plebe (en fin, el mismo tipo de intelectualidad barata y aburguesada que atacaba ferozmente Dostoievski en Los Demonios), sino de algo mucho más sutil y sencillo: el aprecio por la palabra escrita y la conciencia queda del valor del trabajo. Ese aprecio que se construye día a día, silenciosa y constantemente.
Y tranquilos, no tengo especial intención de utilizar ese recurso facilón que consiste en despachar a nuestra malograda patria con cuatro insultos e imprecaciones prefabricados, que ya nos lo decía la preclara y aguda inteligencia de nuestro Mariano José de Larra, tiempo ha:
« “En este país...”, ésta es la frase que todos repetimos a porfía, frase que sirve de clave para toda clase de explicaciones, cualquiera que sea la cosa que a nuestros ojos choque en mal sentido. «¿Qué quiere usted?» -decimos-, «¡en este país!» Cualquier acontecimiento desagradable que nos suceda, creemos explicarle perfectamente con la frasecilla: “¡Cosas de este país!”, que con vanidad pronunciamos y sin pudor alguno repetimos» (“En este país”, 1833).
España tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero de una vez por todas debe tomar conciencia de los vertiginosos cambios que se están operando en el resto del mundo, o acabará en ese lamentable estado en el que se encuentran otras naciones que no es preciso citar.
Hagamos algo de memoria. Desde hace unas décadas, esa entrañable generación de ciudadanos criados en la Posguerra, nos ha repetido hasta la saciedad a los cachorros nacidos entre mediados de los setenta y mediados de los ochenta, que “estudiáramos”. Y esto es muy loable, qué duda cabe, pero es perfectamente conocida su española y abierta intención de que su retoño “se colocara”, antes que otro propósito de índole más bohemio o elevado. Hablo en términos generales, naturalmente. Y así, una generación entera ha pasado –de hecho, está pasando– toda una década de su vida malgastando sus energías estúpidamente en esa institución podrida y absurda que es la universidad, más como un ritual ciego de nuestra cultura, que por el fruto de una verdadera vocación e inclinación por crear, cambiar o desplegar su alma. Y así, cientos de “licenciados” están siendo escupidos tontamente a una sociedad que los recibe con una colleja: “¿Qué saben hacer estos boquiabiertos y babosos coge-apuntes? ¡Ni la o con un canuto!” (piensannuestras generosas y modernas empresas). Por no hablar de que al menos la mitad de ellos deberían haberse decantado por otras dignas vocaciones al margen de las humanidades y de las ciencias sociales. ¿Y cuál es la forma de “rebotar” que están teniendo estos letrados mozalbetes? Pues bien, quitando a aquellos que sencillamente se dedican a mirar a las musarañas, muchos otros tratan de volver a la universidad, amparados en ese negocio absurdo que son los másteres y los doctorados tontos y faltos de vocación y talento (cuatro años más otros cuatro, generan un sueldito de ochocientos pavos durante casi una década… luego merece la pena el estéril esfuerzo, ¿no?). Y en fin, un porcentaje (no sé si alto o bajo) tiene la suerte y el talento de trabajar en aquello para lo que han estudiado, muchas veces patrocinados por familiares: “Hey Paco, ¡que mi Manolito ha terminado la carrera!…” (es el caso habitual en las ciudades pequeñas, como Granada). Y bueno, un caso vagamente aparte lo constituye esa entrañable figura del “opositor”, que integra a una masa variopinta de “soñadores” que enarbola una gloriosa idea a la altura de un Luther King o de un Gandhi: aposentar sus traseros en una sinecura pública y languidecer a gusto: “Sara, por fin podremos cumplir nuestro sueño: hipotecarnos a cuarenta años y pegarnos un viajecito de novios a Punta Cana”. Y todos estos lúgubres hechos, en un país que carece de un tejido industrial y empresarial fuerte y competitivo como el nuestro, dan como resultado el lento declinar que padecemos, y puede que la misma autodestrucción a largo plazo (¡Lejos, pobre España, lejos de nosotros el profeta y la profecía! “La calamidad europea”, M. José de Larra, 1835).  
Y es que el lenguaje, estimado lector, nos vuelve a jugar una mala pasada: se nos habla de “fracaso escolar”, y de “falta de preparación” a todas horas en el telediario… pero aceptémoslo de una vez: esto no es otra cosa que una retórica regla de estilo, debido a que una gran parte de aquellos que integran las listas del INEM son esos mismos retoños con una o dos carreras y un máster en paridas del tipo Asimilación Urbana de los Métodos Aplicados, o Experto en Gestión de los Recursos Fluviales en el término de Valladolid, etcPor lo tanto, se dibuja día tras día un inusitado y cómico retrato, a saber: el de esa gris y suburbana cola del paro en la que se dan cita el cani y el doctor: el uno hablando del Gran Hermano y el otro del último botellón en casa de Vanessa. En fin, cada vez que pienso en esto, me viene a la mente el cómic de ese genio que es Francisco IbáñezChicha, Tato y Clodoveo (de profesión, sin empleo)Porque, efectivamente, la respuesta de esta nuestra gloriosa generación de treintañeros a la crisis, no es otra que el hedonismo barato y el alargamiento indefinido de la adolescencia, dando lugar a un nuevo tipo de españolada: en vez de los Martínez Soria y los Andrés Pajares, nosotros proponemos al futuro algo mejor y más moderno: los Yónatans las Yénifers, bajo la divisa de “cobro cuatro duros y no voy a poder formar una familia en los próximos quince años de mi vida, pero me lo pasé de puta madre en el pub anoche”.
De acuerdo Iván, -podrá pensar acertadamente el curioso lector de estas líneas-, ya veo que eres un listillo y un pedante, pero cuál es tu alternativa a esta algarada y a este cachondeo. Mójate al menos, cenutrio. Pues bien, contestaré a esta hipotética e hipostasiada réplica con un encogimiento de hombros: humildemente me limito a tratar de sobrevivir, trabajar y cultivarme, y a observar atentamente lo que me rodea, para si así se da el caso, sucumbir al menos con las botas bien puestas. Nada de eso amigos, para arreglar problemas tan graves como éstos, que mezclan una herencia cultural bastarda, con una ignorancia y una estrechez de miras manifiestas, se necesita mucho más que un buen nivel de inglés y un máster en economía: se necesitan grandeza y altura de miras. Y aquí, amigos míos, es donde se hace necesaria una fuerte cultura de corte humanista, y no la pésima formación técnica de esos pobres enanos mentales que tenemos la fortuna de tener en las primeras líneas de la política y la economía. Estamos tan acostumbrados a que las personas cultas sean vistas como unos pobrecitos empollones, eternamente aturdidos y pusilánimes y sin ánimo y voluntad para emprender nada que merezca la pena, que hemos renunciado a concebir a un hombre o a una mujer de coraje y gran capacidad de sacrificio y trabajo, dotados ineludiblemente de una vasta cultura que les haga más fuertes y equilibrados frente a los continuos cambios que genera el mero transcurrir del tiempo. Algo absolutamente necesario si se desea no tanto “cambiar las cosas”, como dirigir convenientemente el gobernalle. Todos debemos remar para que este barco vuelva a tomar un rumbo cierto.
Definitivamente, los Veritas Odium Parit se están convirtiendo en todo un subgénero satírico de corte hermético. Y por cierto, cuando ataco a la universidad o a cualquier otra institución, no tengan duda alguna de que tengo muchos ejemplos bochornosos en mente. Si nunca personalizo mis invectivas es porque no me gusta darle bombo a los personajillos. Verán que cuando se trata de realizar una loa a alguien digno, soy el primero en hacerlo, pero no estoy dispuesto a ponerle nombre y apellidos a la estupidez humana. Mucho me tendría que calentar para eso.

domingo, 1 de enero de 2012

Feliz Año Nuevo


Vamos a comenzar bien el año, estimados lectores y amigos. Y qué mejor forma que estrenando número deStudia Hermetica Journal. No obstante, recapitulemos: este año 2011 que acaba ha sido un año extraño y nefasto en muchos sentidos: crisis económica, revoluciones y tragedias sísmicas y nucleares, matanzas, y un largo etcétera de fatalidades y hechos terribles que nos hacen desear olvidarlo. No obstante, la maldad y el caos llevan aparejados cambios fundamentales en las sociedades, y una buena dosis de renovación y esperanza. Así de complejo es este mundo, qué le vamos a hacer. La denominada "Primavera Árabe", de cuyos durísimos coletazos aún somos testigos, la retirada de las tropas estadounidenses de Irak tras una década de ocupación, una de las mayores crisis económicas que ha tenido lugar en el último siglo y que aún tendrá por algunos años más al mundo en jaque, uno de los más devastadores terremotos y maremotos que hemos tenido la oportunidad de sufrir, y en fin, muchas otras tragedias que han sacudido nuestras conciencias, no pueden sino llevarnos a un estado de pesimismo y de "estrés pos-traumático"... A pesar de esto, tengan en cuenta que la marea imparable del tiempo continúa, y que, como he dicho antes, la negrura deja entrever los rayos de la esperanza de un modo extraño y maravilloso.

Anunciaba Cipriano de Cartago, allá por el siglo III de nuestra era (es decir, hace aproximadamente la friolera de 1.800 años), que el mundo "llegaba a su fin "; es decir, que sufría de un mal que acualmente sentimos muchos con respecto a nuestra realidad histórica, y desde luego, este hecho debe hacernos reflexionar. Después de esa pequeña referencia de la Iglesia que es nuestro antiguo obispo de Cartago, de esa mota de polvo en un inmenso desierto de arena, se han emprendido millones de empresas, y han crecido para luego decaer, y han muerto y han nacido una infinidad de personas. Una miríada incontable de cosas que parecían inapelables e indestructibles, sencillamente han desaparecido, a veces incluso de nuestra misma memoria. Podemos encontrar una explicación y una conclusión sencilla para eso: la realidad humana avanza y avanzará; la vejez se extingue con la muerte; y debemos trabajar y mirar hacia adelante, con el fin de renovar constantemente nuestro presente. La esperanza también se construye, y no sólo se sueña, no lo olvidemos. La democracia avanza, las dictaduras se ven cada vez con mayor recelo, y el ansia de libertad de la gente se puede comprobar incluso en un medio tan frío como es Internet. La historia de los pueblos se construye desde sus individuos, y muchos niños aún han de nacer antes de que todo esto se vaya al carajo.

No ha sido un año fácil, ni en lo personal ni desde luego en lo social. Pero ha terminado. A seguir luchando, amigos.

Nuestro humilde proyecto continúa, tratando de cerrar esta primera etapa de consolidación, prueba, iniciación y formalización. Este todavía pequeño rebrote de la Revista Azogue que es Studia Hermetica Journal, necesita para desarrollarse de personas dotadas de una capacidad de trabajo y una dedicación fuertes, por supuesto no en cuanto a la revista se refiere, sino en su vida profesional y personal. Yo, humildemente, tan sólo le pido al futuro colaborador que sea un enamorado del conocimiento, y no sólo de las materias herméticas, mágicas y esotéricas de las que nos ocupamos con asiduidad en Azogue, sino mucho, mucho más. Por cierto, que no he promovido o hecho publidad mucho de la revista fuera de Azogue, sencillamente porque no me gusta mendigar colaboraciones a nadie ni venderme excesivamente, y una de las razones es sencillamente porque me decepciona bastante comprobar cómo la gente escurre el bulto con el mayor de los descaros, y ni tan siquiera demuestra un mínimo de respeto frente a las cosas dotadas de un mínimo de dignidad. Por si sirve de consuelo, yo trato de ser muy educado con las personas susceptibles de enseñar y de aprender, y en modo alguno pretendo ser "pesado" (tanto, que a veces se confude este hecho con indiferencia por mi parte). En fin, son cosas que considero fundamentales en el mundo académico y en la vida misma.

En mi caso, yo no me dedico "en cuerpo y alma" a esto del hermetismo, porque eso sería un absurdo: una persona culta que se precie debe ampliar sus horizontes intelectuales sin descuidar sus asuntos mundanos. Antes de ponerse a fondo con cualquier cuestión, se debe adquirir un humus intelectual muy rico y profundo: literatura, arte, historia, astronomía, música, y un largo etcétera Desde Studia Hermetica defendemos una formación integral de la persona; una formación en la que se dé cabida al disfrute "erótico" de los sentidos, y no sólo la mera estimulación de facultades intelectivas básicas (por otro lado, fundamentales), como la memoria, la capacidad deductiva y la concentración. Creemos -creo- en un ser humano perfectamente organizado, capaz y dispuesto, teniendo en cuenta su formación y sus capacidades naturales. No se trata de títulos o tonterías, sino de estructurar personas con carácter y criterio. Y no amigos, no hablo de ratas de biblioteca, sino de personas de ingenio e ideas, y hay muchísimos ejemplos en numerosos campos del arte, el saber y la guerra, que pueden acompañarnos en nuestro periplo biográfico.


Studia Hermetica Journal, ya lo adelantábamos, estrena un nuevo número especial, que he denominado "Mundo, Magia, Memoria", por algunas razones que paso a comentar. Studia Hermetica es y ha sido un proyecto volcado hacia el "mundo" que nos rodea, tratando de comprenderlo a la luz de las obras del pasado, y precisamente debido a su carácter mundano, es un proyecto que escapa al formato de mero "boletín investigador", es decir, libresco y desvinculado de la realidad que nos rodea e integra (tanto interna como externamente hablando). Proviene de la "Magia", porque así considero el quehacer que nos ocupa: mágico e imaginativo, dinámico y profundamente preocupado por el elemento íntimo de las cosas. Y qué decir de la "memoria", uno de los pilares fundamentales de cualquier humanista e historiador que se precie, y que ha sido ampliamente tratado en StudiaHermetica. Su fecha de publicación consta como 31 de diciembre debido a que lo he concebido como una especie de despedida académica del año y el inicio de una nueva etapa en la revista.


Este número especial pretende ser una recopilación de algunos de los posts realizados en este cuaderno de notas, y que mejor pueden adaptarse al formato ensayístico. Obviamente no son artículos académicos en toda regla, pero creo firmemente que su valor académico e intelectual está fuera de toda duda. Y por eso merecen elevar su marco de publicación. Por otro lado, necesito cerrar al fin esta etapa embrionaria de la revista, y qué mejor forma de hacerlo que llevando a cabo un ejercicio de introspección académica. Han sido años de mucho estudio y pensamiento, y necesito poner en claro mis ideas antes de continuar.

No quiero terminar esta intervención sin darle las gracias a Francisco de Mendonça Jr., el nuevo subdirector de la revista y el responsable del área de Historia de la Magia. Su dedicación, entusiasmo y gentileza no tienen límites, y no me gustaría prescindir de su buen hacer de cara al futuro. Asimismo, quiero expresar el mismo agradecimiento a José Miguel Puerta Vílchez, un enamorado del conocimiento y de las artes, que ha tenido la enorme generosidad de unirse a esta noble cruzada. ¡Gracias amigos!

En cuanto a los proyectos de cara al futuro, se encuentra la elaboración de un número académico dedicado al concepto de gnôsis, así como otro eminentemente artístico dedicado a los conceptos platónico-herméticos de imaginación, fantasía, creación y furor artísticos, etcétera, en el que espero haya más de una sorpresa. Asimismo, nuestro flamante subdirector Francisco de Mendonça, planea elaborar un dossier sobre Historia de la Magia. ¡Ya veremos con qué maravillas nos sorprende! Pero eso será para bien entrado el próximo año. De momento, disfrutemos del presente.

Como nota al margen, creo que en este 2012, nuestra joven revista será más comprensiva en cuanto al idioma se refiere. He tenido ocasión de comprobar expectación e interés entre el público hispanohablante, y por eso la lengua española irá cobrando más protagonismo, llegando a una especie de bilingüismo "razonable".

Un fuerte abrazo desde Granada. Leed, pensad y tratad ser buenos (al menos con los que se lo merecen).