miércoles, 31 de diciembre de 2008

Balance


"No despreciéis las controversias ni descuidéis la retórica, ni el contacto con los poetas. Sea vuestra aplicación a las ciencias mayor aún, y que todo vuestro esfuerzo sea sea el conocimiento de las doctrinas de Aristóteles y de Platón". Juliano César. Carta a Eumenio y Fariano.
Dado que acaba el año, creo que procede hacer un balance de este periodo tan productivo y ajetreado, ¡y no sólo en mis estudios herméticos! Durante el año 2008 he tenido la oportunidad y la suerte de poder plasmar mis propias ideas, impresiones, lecturas y desventuras en este cuaderno, hecho este por el que le estoy profundamente agradecido a José Rodríguez; que además, y por si este cuaderno fuera poco, me ayuda siempre que puede con paciencia y esmero, resolviendo todas las cuestiones que le formulo (y eso que me contengo, ¡porque si por mí fuera le ametrallaría a preguntas!). Dicho esto, he de dar las gracias a otras personas. En estos difíciles y tortuosos terrenos filosóficos e historiográficos he hallado gestos de amistad por parte de muchas personas que admiro, lo que me llena de alegría y me da fuerzas para continuar. Por eso, mando un abrazo para la profesora Lozano Sampedro, Miguel López, Tomislav Petkovic, Ramiro Tapia y Carlos Gilly. ¡Deseo que el próximo año 2009 sea un año feliz para ellos!

En cuanto a esta página, albergo muchos proyectos para mejorarla. Entre ellos: elaborar una digna sección de "preguntas frecuentes", y un glosario decente sobre filosofía hermética y cuestiones afines, así como agrandar la sección dedicada al hermetismo técnico con una digna introducción a los textos de inspiración hermética de mayor relevancia (como la archiconocida Tabla Esmeralda, por ejemplo), y un pequeño análisis sobre fenómenos como la teúrgia o la magia astral, por ejemplo. Además, engrosaré la sección de textos y documentos con algunas cosas que tengo por ahí; y en cuanto a la sección sobre hermetismo y arte, entre otras cosas, espero tener la suficiente información como para crear en breve espacios dedicados a la música, la arquitectura y la escultura. Asimismo, creo que habría que incidir más en el estudio del ambiente no sólo filosófico tardoantiguo; el conjunto de filosofías "de transición" entre la Antigüedad y la Edad Media, a saber: medioplatonismo, neoplatonismo, gnosticismo, estoicismo, etc., nos ayudan a ubicar las doctrinas del Trimegisto en ese brumoso conjunto que conforma a la civilización helenística; en este sentido, creo que es muy bueno también tener en cuenta la dialéctica pagano-cristiana, en la que el hermetismo, creo yo, juega un papel importante. En definitiva, creo que sería útil un breve y eficaz estudio filosofía por filosofía y autor por autor, valiéndonos en todo momento de una bibliografía básica que ayude al investigador a iniciarse en el tema.

Pero lo más importante es que todo esto resulte ser útil para otros investigadores hispanohablantes en mi misma situación; por el momento, no he encontrado a ningún estudiante de estas características realmente interesado en continuar sus estudios en estos apasionantes terrenos del conocimiento (desde un punto de vista académico); espero que se solucione con el tiempo, porque empiezo a sentirme un poco solo. Y digo lo de "hispanohablante" porque precisamente de eso se trata: de revalorizar el estudio académico de la Historia de la Filosofía Hermética en España y en el conjunto de países americanos de habla hispana. En nuestro país ya hay suficientes charlatanes y ocultistoides de salón, y creo que ya es hora de que jóvenes estudiantes e investigadores en mi misma situación se decidan a dar un paso adelante, y a ver en el hermetismo un campo abonado para el estudio (y el arte).

En cuanto a mí, tengo muchas ganas de continuar con mis estudios sobre la cosmovisión contenida en la obra de Patrizi Nova de Universis Philosophia (en esto, ahora sigo la pista a Laura Puliafito); por otro lado, deseo profundizar en la magna obra de Khunrath Amphitheatrum Sapientiae Aeternae (1595), de la mano de los trabajos de Carlos Gilly. Además, estoy muy interesado en los estudios del Dr. Hiro Hirai (¡a ver si en breve puedo recurrir al préstamo interbibliotecario para acceder a ellos!). Finalmente, deseo ponerme con seriedad en mis humildes indagaciones para con las obras renacentistas y barrocas de magia natural realizadas por "científicos" jesuitas relacionados con España; en cuanto a esto, hace tiempo que comencé a bucear en los fondos bibliográficos de la Facultad de Teología de Granada. Por supuesto, este tema no tiene demasiado que ver con la filosofía hermética, pero aun así creo examinar el ambiente científico (por el lado católico) imperante durante el tránsito de la cultura renacentista a la barroca, ayudará a poner las cosas en su justo lugar, deslindando las posturas eminentemente platónico-herméticas de los balbuceos de la ciencia moderna. Muy pocas veces ambas posturas estuvieron unidas y confluyeron al mismo lugar; además, debe ser muy revelador para la Historia de la Ciencia, por lo que he tenido la oportunidad de leer en la vetusta biblioteca de Salamanca, analizar las clases de magia que Delrío describe al comienzo de su Disquisitionum Magicarum; imagino que hay una bibliografía adecuada para esto, que espero ir consultando con paciencia. En cuanto a Nieremberg y Castrillo, supongo menor la importancia de sus obras, sobre todo en el caso de este último. En fin, hay mucha tela que cortar en esto, y espero que la insigne institución granadina vinculada a la Compañía de Jesús me ayude. Por cierto, en breve (en cuanto pase la Navidad, digo), pediré mediante préstamo interbibliotecario aquellos números de la revista Bruniana & Campanelliana que más me interesan (que no son pocos); tengo la lista completa de artículos y nada más echarle una ojeada se me ponen los dientes largos.

Todo esto se puede resumir muy bien con esta frase: seguir trabajando y seguir estudiando. El trabajo que desempeño en esta página, si bien no me da de comer ni lo hará, me da otras cosas más importantes, y entre ellas la oportunidad de comunicarme con personas que admiro, y quizás lo más importante, el poder expresarme libremente acerca de las regiones del saber que me obsesionan. El campo de la investigación académica es un campo plagado de gente apasionada y competente, gente con ganas de trabajar y ayudar a los demás en esta misma tarea. Además, y creo que este hecho es uno de los más afortunados para las personas con ansias de conocer, mi biblioteca personal va creciendo; entre fotocopias, apuntes, libros, libretas y cedés, mi casa en unos años va a parecer un laboratorio de alquimista. Por otro lado, puede que lo más desafortunado de todo este asunto sea, y en esto sigo a José Rodríguez, el tiempo que el trabajo quita al estudio, y que en mi caso está retardando el desarrollo de mi carrera y de este mi proyecto como investigador. Pero bueno, por otro lado, tener trabajo es una feliz noticia (¡sobre todo en estos tiempos!). Sólo espero sacar tiempo de debajo de las piedras, y desde luego estoy decidido a conseguirlo.

Este año ha sido un año ajetreado para mí debido a motivos personales que no vienen a cuento, y a un cambio de residencia que me ha obligado a realizar ese odioso procedimiento denominado "traslado de expediente", que obliga a una convalidación parcial de estudios. En fin, cosas que pasan. De cualquier manera, y aunque me ha apenado dejar la ciudad del Tormes, estoy muy contento de estar otra vez en Granada. Nada más, ¡feliz año nuevo para todos los que lean esto, y un abrazo para las personas que aprecio!

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Feliz Navidad


"Sicuramente possiamo affirmare che l'universo è tutto centro, o che il centro de l'universo è per tutto; e che la circunferenza non è in parte alcuna, per quanto e differente dal centro". Giordano Bruno, De la causa, principio et uno, 1584.
Me encanta la Navidad. Me recuerda felicidades y alegrías de la infancia, y en este caso al menos, los recuerdos llenan por sí solos el vacío dejado por las ilusiones pasadas. Porque disfruto de estas fechas, hoy quiero hablar de una de las principales y más bellas razones (si no la principal) que me llevó a emprender mis estudios herméticos. Me refiero a la exaltación del ser humano expuesta en las obras de muchos autores del Renacimiento. Desde luego recuerdo la obra de Yates, Giordano Bruno y la tradición hermética, con mucho cariño. En sus páginas encontré una nueva definición del Renacimiento con la que no contaba, que me hablaba de personalidades que por aquel entonces no me sonaban demasiado: Pico della Mirandola, Marsilio Ficino, Francesco Giorgio, Francesco Patrizi, Tommaso Campanella, Johannes Reuchlin, Agrippa de Nettesheim, y por supuesto, Giordano Bruno. Además, la Sra. Yates hacía un pequeño y necesario estudio introductorio a los Hermetica tardoantiguos; la clave para entender buena parte del pensamiento renacentista radicaba en el estudio de la mística tardoantigua, o por mejor decir, del platonismo (principalmente tardoantiguo). Este hecho no fue descubierto por Yates, a pesar de que fuera una de las pioneras de este nuevo enfoque histórico, hoy ineludible si se quiere entender el núcleo de la Modernidad en Occidente.

Según deja claro Frans A. Janssen, Director de la Bibliotheca Philosophica Hermetica de Ámsterdam, en su artículo "The Hermetic Galaxy" (en Magia, Alchimia, Scienza dal '400 al '700, Venecia/Ámsterdam: Centro Di, 2005, vol. I, pp. 25-26), el ya clásico estudio de Burckhardt, La Civilización del Renacimiento en Italia (1860), si bien no menciona a los textos herméticos tardoantiguos directamente, tacha al platonismo reinante como "el segundo y más grande renacimiento de la Antigüedad"; y concluye que de la unión entre el "misticismo medieval" y el "platonismo renacentista", nacerá una nueva era para Occidente. Posteriormente, grandes historiadores como Eugenio Garin, Paul Oskar Kristeller y la ya citada Yates, estudiarán más a fondo esos mismos "textos platónicos", poniendo el acento en la influencia hermética de los mismos.

Resulta difícil analizar objetivamente ese conjunto de fenómenos históricos que llamamos "Renacimiento"; surgen muchas preguntas al azar, y todas sin una respuesta concluyente: ¿es el otoño de la Edad Media?, como reza el título de un conocido estudio sobre el periodo, ¿se trata realmente de una nueva era para el pensamiento?, y quizás menos importante: ¿estamos ante un renacimiento del pensamiento antiguo, o más bien deberíamos hablar de una mera reinterpretación?... Si de por sí la Antigüedad es un periodo complejo, qué decir de los cristianos siglos XV y XVI. En el análisis histórico, como en el popular, muchas concepciones pasadas se solapan con nuestras propias visiones y anhelos; así, desde mi punto de vista, una buena parte de los elementos relacionados con las (supuestas) aplicaciones prácticas del hermetismo (magia astral, teúrgia, y "alquimia pansofística-hermética", por poner algunos ejemplos), provienen no de la Antigüedad, donde creo yo que se ponía el acento en el aspecto meramente religioso o "metafórico" de las enseñanzas religiosas, teológicas o filosóficas (al fin y al cabo se trata de un despertar del pensamiento religioso íntimo o místico en el núcleo de la población greco-romana, lo que llevará al triunfo del cristianismo), estas "aplicaciones prácticas" provienen, como decía, del propio Renacimiento, donde, en efecto, se va fraguando una nueva relación entre el hombre y la Naturaleza, basada, progresivamente con mayor ahínco, en una comprensión más inquisitiva de ésta y en un afán de dominación. En nuestro tiempo, tras la Ilustración, este intento de dominación es de carácter exclusivamente científico, pero durante el Renacimiento la religión podía ser por sí sola una vía de acercamiento y dominación de las realidades emanadas-inmanentes de Dios. El caso más evidente es la obra de Pico, pero las artes (pseudo)-lulianas desarrolladas en la obra de Bruno dejan a las claras esto que digo.

Por supuesto, el elemento más importante, creo yo, para comprender el tránsito entre el mundo "medieval" y el "moderno", es la concepción cambiante de la llamada "magia natural", en la obra de muchos autores del periodo (y no sólo del ambiente platónico-hermético, dicho sea de paso). Ahora no procede hablar de esto, porque dada su enorme complejidad nos extenderíamos demasiado, baste con decir que aquí radica la ruptura epistemológica fraguada del siglo XV al XVII. Con el tiempo y el "arrasador" proceso ilustrativo, la mayoría de estas obras de trasfondo hermético caerían en el pozo del olvido y en la vacua especulación pseudo-mística (por supuesto, no incluyo a las obras rosacruces del siglo XVII en este recuento), perdiéndose esta antigua y bella exaltación de la dignidad del hombre. Esto sería así hasta la segunda mitad del s. XIX, donde la ciencia (histórica) fijaría su atención en estos inexplorados terrenos del pensamiento, nombrando y colocando a cada cosa en su justo lugar. Paralelamente a esta labor concienzuda que aún hoy parece haber apenas comenzado, la cultura popular desarrollaba sus propias reinvenciones de aquellas añejas y extintas filosofías platónicas, pero esta vez sobre la base del enfrentamiento con el pensamiento científico o positivista (hablamos del ocultismo, la Nueva Era, del neo-gnosticismo, y un largo etcétera).

La conclusión a esto que he dicho creo que debe ser la siguiente: los felices hombres del Renacimiento estaban creando un mundo nuevo con sacrificio. Mediante un análisis riguroso de su propia realidad filosófica y social, trataron durante dos siglos, y con distinto método y perspectiva (según autor y lugar de nacimiento), de acercar la refinada civilización de la Antigüedad a su propio mundo. Para ello desarrollaron una titánica labor filológica y filosófica sin precedentes (los casos más inmediatos eran, por aquel entonces, los micro-renacimientos plenomedievales); una labor que personalmente admiro, y de la que todos deberíamos aprender; quizás no de sus métodos analíticos o científicos, pero sí de su entusiasmo y arrojo. De hecho, pienso que este enorme esfuerzo coordinado de los europeos, debe ser considerado como la verdadera matriz del mundo moderno, y no así la Ilustración, cuya exagerada proyección ad futurum, precipitaría en muchos casos el olvido y la vuelta a la barbarie (esta vez tecnificada).

No puedo acabar esta entrada sin agradecer al Sr. Gilly su bello gesto. Sin el apoyo de personas sabias y desinteresadas como él, esta página no sería posible. Desde luego, estas Navidades para mí están colmadas de felicidad. Espero que haya recibido mi correo de confirmación y agradecimiento, y en cualquier caso, muchas gracias de nuevo.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Conclusiones Esotericae


"Mi imaginación enfrentada a la realidad se parece un hombre que, visitando las ruinas de un monumento destruido, tiene que pasar por los escombros, seguir los pasadizos, agacharse en las poternas, para reconstruir más o menos el aspecto original del edificio en la época que estaba lleno de vida, cuando la alegría lo llenaba de cantos y risas o cuando el dolor era un eco para los sollozos". Alejandro Dumas.
Esta cita de Dumas está extraída de una entrevista al Sr. Pérez-Reverte en El País, y la he puesto como encabezamiento porque creo que además de ser una de las razones más hermosas que inspiran al novelista, resume muy bien la labor de todo buen historiador. Por otro lado, esto es obviado por los que no pretenden dedicarse a un quehacer historiográfico concienzudo, bien porque les da igual (es el caso del filósofo y la "dialéctica general" del discurso filosófico), o bien por mera ignorancia (es el caso, para lo que nos atañe, de los tradicionalistas, o de aquellos historiadores más cercanos a interpretaciones un tanto parciales o excesivamente sistemáticas). Esto viene a cuento porque desde el mes pasado le llevo dando vueltas a la idea de escribir algo acerca del denominado "Esoterismo Occidental". Quien me haya leído hasta ahora sabrá que no estoy muy convencido con la razón de ser de esta disciplina histórica desarrollada primordialmente entre Holanda y Francia; quizás este hecho les puede parecer paradójico a muchos, ya que se supone que pretendo dedicar mi labor investigadora a la Historia del Hermetismo, y qué mejor que hacerlo que nadando en el estanque de la especialización. Bueno, trataré de explicarme lo mejor que pueda.

Antes que nada, he de decir que aún me falta mucha bibliografía por leer sobre el tema. Mis referencias en todo momento son Faivre y Hanegraaff, precisamente los valedores de este "Esoterismo Occidental". En sus escritos se vislumbran las razones que les han llevado a sistematizar el estudio de la Historia de la Filosofía Hermética y sus corrientes aledañas, y aunque creo haberlas leído y releído con impecable atención, no sé... no me convencen demasiado. Quizás estos dos investigadores sí pueden presumir de haber llevado a cabo una labor encomiable en los difíciles terrenos del hermetismo moderno, pero dudo mucho sobre la continuidad de su legado. Según mi experiencia, los estudiantes que enfocan sus estudios de posgrado en esta especialidad, suelen ser excesivamente "creyentes" en esto del hermetismo, es decir, que adoptan una visión "emic" (y pido perdón a la antropología por adoptar puede que impropiamente el término) del asunto. Lo que pretendo decir es que a un mozalbete ávido de conocimientos esotéricos no se le puede encaminar tan alegremente hacia la especialización. El hermetismo juega un papel fundamental en cada época histórica, pero en todo momento ha de contemplarse su participación en virtud de un contexto mucho mayor y siempre cambiante. Y esto es esencial. Para comprender los elementos herméticos y neoplatónicos del humanismo renacentista, iniciado entre otros por Nicolás de Cusa, uno debe entender la Devotio Moderna y la mística renano-flamenca, por ejemplo. Y además, y siguiendo con el ejemplo, debe conocer con cierta profundidad las fuentes concretas que llevaron a estos devotos creyentes y filósofos a hablar del Trimegisto en sus escritos, y todo ello teniendo en cuenta las polémicas habituales en el seno de la Iglesia. No es que yo conozca estas fuentes y pueda hablar de ellas, como ya he dicho en más de una ocasión, soy un simple ignorante; lo único que sé es que cualquier estudio "microcósmico" obliga al investigador a conocer un enorme "macrocosmos" complejo y cambiante, un macrocosmos que no tolera un embudo de especialización demasiado estrecho. Por otro lado, sé muy bien que el Sr. Hanegraaff es plenamente consciente de estas dificultades, y además que las sortea con gran elegancia, pero no estoy tan seguro en cuanto al colectivo estudiantil que le circunda. Ojo, no estoy seguro de esto que digo, y espero poder comprobarlo alguna vez in situ.

Antes de seguir con la argumentación traduzco aquí la definición que la Universiteit van Amsterdam hace del "Esoterismo Occidental":
"El moderno término de "Esoterismo Occidental" es utilizado como una denominación general para referirse a una gran variedad de corrientes y tendencias religiosas en la cultura occidental –desde la Antigüedad en general, y desde el Renacimiento a nuestros días en particular–, caracterizadas todas por la creencia en que el verdadero conocimiento de Dios, la creación, y el hombre sólo pueden ser aprehendidos en términos de experiencia espiritual o iluminación interna. Esta clase de "conocimiento" se ha identificado normalmente con la palabra griega "gnosis". Partiendo de este planteamiento se tratará de ir más allá de la mera racionalidad y el lenguaje dialéctico, y así, será representativo de este Esoterismo Occidental una marcada preferencia por utilizar formas de expresión "imaginativas", simbólicas y míticas. Por esta razón, las corrientes que conforman el Esoterismo Occidental no se detienen en los dominios de la religión y la filosofía, pero se confunden con éstas en cuanto a las artes visuales, la música y la literatura. Asimismo, debido a que estos movimientos reclaman un conocimiento superior no sólo sobre Dios y el hombre, sino además sobre el mundo físico, han formado parte de la historia de las ciencias naturales, y son esenciales para entender la revolución científica operada en el siglo XVII. Los procesos de modernización, secularización y desencanto del mundo, desarrollados desde el siglo XVIII, han causado una profunda transformación del Esoterismo Occidental, y es habitual en nuestros días que éste trate de presentar sus perspectivas como compatibles (o superiores) frente a la ciencia dominante. Desde que la Iglesia y el Estado iniciaran su separación, las modernas democracias han asistido a una enorme proliferación de fraternidades y organizaciones esotéricas, que no es otra cosa que un evidente surgimiento de un "ambiente espiritual", con el fin de satisfacer los intereses esotéricos del moderno consumidor de espiritualidad".
Como definición es impecable, pero desde mi punto de vista no aclara el por qué ha de estudiarse como un todo disciplinar la filosofía helenístico-egipcia fraguada en los centros urbanos del Egipto ptolemaico y romano y que conocemos como "hermetismo", y por ejemplo la Teosofía de Blavatsky, un intento decimonónico de sincretismo religioso ligero y de tono "esotérico". Qué demonios, no tiene absolutamente nada que ver una cosa con la otra, y si bien puede trazarse una línea delgadísima desde algunas filosofías de las postrimerías de la Antigüedad (y no sólo el hermetismo) y los modernos movimientos esotéricos, sus principios y fines son tan distantes y distintos, que a la hora de emprender cualquier estudio sobre el tema, realmente la utilidad de esta visión global pierde sentido. De hecho, creo que habría que deslindar el estudio de muchos de los movimientos y filosofías antiguas y modernas considerados dentro del Esoterismo Occidental (por ejemplo, los modernos movimientos esotéricos, la Nueva Era, la Teosofía de Blavatsky o el Ocultismo, además del Gnosticismo Tardoantiguo, el Medioplatonismo o el Neoplatonismo) del estudio de la Historia de la Filosofía Hermética, y no es que pretenda ser canónico o decir con milimétrica precisión qué es el hermetismo, pero sí que creo que levantar demasiados puentes entre cosas excesivamente separadas en el tiempo y en la propia esencia, no hace sino confundir al neófito y en cualquier caso empobrecer la calidad investigadora. Por decirlo claramente, en la actualidad pienso que es innecesaria esta especialización de cuño franco-holandés, y prefiero la forma de trabajar, entre otros, de los investigadores que forman el proyecto Hermes Latinus (por citar sólo algunos nombres: Jean-Pierre Mahé, Paolo Lucentini, François Hudry, Ilaria Parri, Damien Delp, Pasquale Arfé, Antonella Sannino, David Porreca, Isabelle Draelants, Moshe Idel, Charles Burnett, Kevin van Bladel, Sylvain Matton, Jean-Marc Mandosio, Irene Caiazzo, o José Rodríguez). Considero sus logros más honestos y humildes en su ejecución, y desde luego están sabiamente alejados de los discursos excesivamente abstractos e inútiles del tipo "¿Qué es el Esoterismo?", etc. Por otro lado, no creo que pueda hablarse de una añeja "historiografía clásica" ocupada incidentalmente en la Historia del Hermetismo (Festugiére, Yates) y una actual historiografía especializada y por lo tanto más eficaz. No sé, el tiempo lo dirá, supongo.

Creo que puedo resumir lo que digo en esto mismo: prefiero un historiador "al uso", experto, por decir algo, en el Renacimiento o en la Historia de la Iglesia en el Barroco, y que eventualmente se dedique a vislumbrar esto del hermetismo, que un estudiante que nada más acabar sus estudios de Historia o Filosofía se especialice en Historia de la Filosofía Hermética. Yo creo que este último carecerá desde el principio de una adecuada preparación, que dada la marginalidad inevitable de la filosofía hermética en el contexto de la Historia general del Pensamiento, le llevará a conclusiones en exceso precipitadas; este hecho unido a la "delicada" naturaleza del hermetismo, que se presta más que otra filosofía al entusiasmo militante, puede que dé como resultado a más hermetistas indignados por un mundo desacralizado que a historiadores como Dios manda.

Estoy de acuerdo con una cierta especialización de los historiadores de la religión y la ciencia en los modernos movimientos "esotéricos" y herméticos, que creo siguen un mismo patrón que ahora no viene al caso comentar. No obstante, todo lo que pueda decir no tiene valor ante una persona con verdadera vocación y talento, que inmerso o no en la especialización, desarrolle un buen trabajo... Tan sólo quería expresar aquí mis dudas acerca del denominado "Esoterismo Occidental", una joven disciplina aún a examen.

Por cierto, quería dar la "bienvenida" a José Rodríguez, que gracias al cielo ha reaparecido con una entrada interesantísima en su blog. Me comenta José Rodríguez que me quede tranquilo acerca del hospedaje, ¡y en verdad lo que me preocupaba era su salud!, y es que las desapariciones repentinas siempre estimulan la imaginación... Cambiando de tema, las imágenes de la conferencia me han parecido fantásticas, y de hecho, ávido de conocer cómo había ido el evento, le envíe hace tiempo un correo a su organizador, Miguel López, que me reenvió al blog de McLean; pero ver así, tan de cerca, las caras de investigadores de primer nivel que uno admira no tiene precio. ¡Ojalá hubiera podido ir! Una lástima.